María Amalia Melina Mercouri (Μαρία Αμαλία Μελίνα Μερκούρη)
- Juan Pedro González
- 5 oct 2020
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 8 nov 2021
Mujer de ideas claras, defensora de sus raíces y de la libertad hasta el día de su muerte, Melina Mercouri nació el 18 de octubre de 1920 en Atenas. Fue la nieta de Spyros Merkouris, alcalde de Atenas durante varias décadas, hija de un miembro del parlamento heleno y sobrina de Giorgos Merkouris, líder del Partido Nacional Socialista Panhelénico y presidente del Banco Nacional (Τράπεζα της Ελλάδος)durante la ocupación del Eje. Su vida, marcada desde muy pequeña por la política y los cambios sociales y culturales por los que estaba pasando Grecia y Europa, la llevaron a convertirse en la primera ministra de cultura del país y en una de las personas más queridas y reconocidas no solo en Grecia, sino en todo el mundo.

Cuando aún era demasiado joven, Melina contrajo matrimonio con Panos Harokopos, un terrateniente y adinerado griego que le ayudó a sobrevivir durante el período de ocupación alemana en la región de Atenas. El período de ocupación en Grecia fue bastante duro para la población debido a la represión y persecución que hubo. Se graduó en la Escuela de arte dramático de Atenas en el año 1944 y su primera representación teatral fue A Electra no le sienta bien el luto, pero no sería hasta su representación en la película Stella (Στέλλα) cuando dio el salto a la fama y logró ser reconocida no solamente en Grecia, sino en toda Europa. Esta película, dirigida por Michael Cacoyannis (Μιχαήλ Κακογιάννης), director de la famosa película Zorba el griego (Αλέξης Ζορμπάς), cuya banda sonora incluye la canción griega más reconocida mundialmente, el sirtaki. La película estuvo nominada al Festival de Cannes, pero, aunque no tuvo el resultado esperado, fue allí donde conoció al director de cine Jules Dassin, el cual sería su futuro marido y compañero de trabajo, tras divorciarse de Harokopos. Su papel más destacado fue en la película Nunca en domingo, galardonada con un óscar a la mejor canción original, Los chicos del Pireo (Τα παιδιά του Πειραιά) y que fue interpretada por Melina. Compuesta por el compositor Manos Hatzidakis (Μάνος Χατζιδάκις), quien trabajó también en la traducción y puesta en escena de Bodas de sangre de Federico García Lorca en Grecia.


Melina también actuó en numerosas películas de cine extranjero como Canzoni nel mondo, Topkapi o La promesse de l’aube, que la llevaron a convertirse en una de las actrices más reconocidas del siglo XX. Destacó también por su voz, pues tras ganar el Óscar por Nunca en domingo, interpretó varias canciones de gran éxito internacional. Tras pasar un tiempo alejada del mundo del espectáculo por motivos personales, Melina volvió a los grandes escenarios con Dulce pájaro de juventud de Tennessee Williams, donde obtuvo el papel principal. Como actriz, cabe destacar también su aparición en obras como Un tranvía llamado deseo, donde interpretó la canción Hartino to fengaraki (Χάρτινο το φεγγαράκι) o las diferentes grabaciones que realizó para la televisión francesa, motivo por el cual su fama se extendió por todo el país galo. Con la llegada de los años sesenta y reconocida ya en todo el mundo, se exilió a Francia a causa del golpe militar que hubo en Grecia y que acabó en una dictadura durante siete largos años. Durante sus años en Francia, Melina grabó cuatro discos en los que se dieron a conocer sus mejores éxitos como cantante; tres de ellos en francés y uno en griego. En ellos aparecen canciones como Melinaki, Je suis Grecque, Athina ma Ville o To metopo, que ensalza el sentimiento griego que corría por dentro de Melina. La mayoría de sus canciones recuerdan ese sentimiento de añoranza por su tierra y por sus raíces griegas.

En cuanto a su papel político, cabe destacar que sufrió las consecuencias y el momento de ocupación durante la Segunda Guerra Mundial. Tras el duro período de ocupación por las potencias fascistas europeas, la sociedad griega quedó completamente dividida hasta que en el año 1946 estalló una guerra civil que abarcaría hasta el año 1949, considerado, además, el primer conflicto bélico dentro del marco de la Guerra Fría. Posteriormente, en el año 1967, el general Stylianos Pattakós, junto a los coroneles Giorgos Papadópoulos y Nikolaos Makarezos, protagonizó un golpe de estado que culminaría con la instauración de una república constitucional bajo una dictadura militar. Esta dictadura es conocida bajo el nombre de Junta o Dictadura de los coroneles (Χούντα των Συνταγματαρχών).
Fue aquí cuando Melina se vio obligada a exiliarse a Francia, debido a su pensamiento y posicionamiento político totalmente contrario a la dictadura. Tal fue el rechazo hacia la dictadura que le fue retirada la ciudadanía griega por parte del general Pattakós. Melina, como respuesta, sentenció: Εγώ γεννήθηκα Ελληνίδα και θα πεθάνω Ελληνίδα. Ο Παττακός γεννήθηκε φασίστας και θα πεθάνει φασίστας» («Yo nací griega y moriré griega. Pattakós nació siendo fascista y morirá siendo fascista»). Título que tomó posteriormente su autobiografía Yo nací griega. Tras la caída de la dictadura, Melina volvió a su querida y extrañada tierra, pero esta vez jugaría un papel importante dentro de la política interior y exterior del país. Así, en 1981, durante el mandato del presidente Andreas Papandreu, líder del Partido Socialista Panhelénico, conocido entonces como PASOK, Melina formó parte como miembro de este, hasta que en 1989 pasó a ocupar el puesto como la primera mujer ministra de cultura de la historia de Grecia, ocupando el cargo durante dos legislaturas.


Como ministra de cultura, Melina destacó su importante papel no solo a nivel nacional, sino a nivel europeo. Propuso el ideal de Capital Europea de la Cultura, siendo Atenas la primera en encabezar la lista en el año 1985, título que es concedido por el Consejo y el Parlamento europeo año tras año a distintas capitales europeas. Durante su cargo como ministra abogó por el regreso de los mármoles del Partenón de Atenas, también conocidos como Mármoles de Elgin, que se exponen en el British Museum de Londres desde su expolio en el siglo XIX a mano de Thomas Bruce. El tema de los mármoles del Partenón que inició Melina Mercouri suscitó un sentimiento panhelénico en la población que aún sigue siendo un tema candente en el país. La misma Melina lo dejó bastante claro en su comparecencia en el museo de Londres, a la que medios de todo el mundo acudieron: «¿Qué significa el Taj Mahal para la India?, ¿qué significan para Italia las pinturas de la Capilla Sixtina? Los mármoles del Partenón son nuestro orgullo. Son nuestra identidad. Ellos son el vínculo actual con la excelencia griega. Son nuestra herencia cultural. Nuestra alma».
A pesar de su intento fallido de recuperar los mármoles del Partenón, Melina declaró antes de morir que: «No sé cuando volverán. Puede que yo no esté viva para entonces, pero cuando lo hagan, yo renaceré». Tales fueron las palabras de Melina, que tal se le recordó para la posteridad, en boca de Victoria Solomonides, agregada cultural en la embajada de Grecia en Londres: «ήταν η τελευταία Ελληνίδα Θέα» (fue la última diosa, fue una diosa viviente). Como ministra, propuso también la celebración de los Juegos Olímpicos en Grecia ya que, desde su instauración como los juegos modernos, el país aún no había sido anfitrión de estos. Por desgracia, Melina falleció antes de llegar a verlo, pues se celebraron una década posterior a su muerte.

En 1994, a los 73 años, este símbolo mundial, en palabras de J.C. Planells, fallecía en la ciudad de Nueva York debido a un cáncer de pulmón. Reconocida por ella misma como una fumadora empedernida, perdió la vida dejando atrás un grandísimo legado y una grandísima influencia. Su féretro fue trasladado a Atenas, donde se realizó un funeral de estado y donde, además, cientos de seguidores arrojaron cajetillas de cigarros como símbolo de recuerdo y cariño hacia Melina.
Tras su muerte, su marido y viudo Jules Dassin creó la fundación Melina Mercouri, la cual ofrece becas de doctorado a estudiantes de todo el mundo a universidades de todo el país heleno, así como diferentes ayudas de estudio a la cultura y lengua griega moderna. También se creó el Premio Internacional Melina Mercouri, otorgado por la UNESCO y Grecia a países con fines de valorización de paisajes culturales. Pero, ¿Y quién es Melina? se preguntaban a mediados del siglo XX en España. ¿Quién es esa mujer cuyos ojos reflejan dolor y su alma amor? Así la describió el famoso cantante y compositor Camilo Sesto, que dedicó una canción a la ministra en su álbum Amor libre, con el nombre de Melina. Junto a este, el cantante José Vélez, famoso por temas como Bailemos un Vals, puso voz a la versión en español de la canción galardonada con un óscar, Los chicos del Pireo.

Sea como fuere, y aunque los mármoles aún no se encuentren dentro de su país de origen, Grecia educó, alimentó y vio crecer a una de las figuras más queridas y respetadas por toda la Europa y el mundo del siglo XX. Grecia no obtuvo los mármoles del Partenón, pero obtuvo una figura de libertad, de lucha y de progreso que hizo que permaneciera y trasgrediera a lo largo de los años, tanto como lo han hecho los famosos mármoles.


댓글